Tras recibir una condena de tres años en prisión en suspenso por amenazas, el cantante L-Gante reafirmó su deseo de probar su inocencia y expresó haber aprendido a confiar en la Justicia.
Una condena en suspenso y el deseo de probar su inocencia El artista Elián Valenzuela, conocido como L-Gante, fue absuelto del cargo de privación ilegítima de la libertad, pero condenado a tres años de prisión en suspenso por amenazas, lo que le permite permanecer en libertad. “Me he sentido traicionado y extorsionado. Soy un adulto, padre y tengo que ser un ejemplo”, declaró, dejando en claro su intención de “probar” su inocencia en futuras instancias legales.
Un cambio de enfoque personal y educativo Durante el proceso, L-Gante compartió que tuvo que “enfocarse mucho en Elián Valenzuela” y brindar tranquilidad a su entorno cercano. Además, destacó: “No tenía miedo de volver a la cárcel y me voy a poner a estudiar para terminar el secundario y estudiar derecho”, subrayando un interés en reconectar con sus estudios y formarse en un nuevo ámbito.
Obligaciones y restricciones impuestas por el fallo El fallo, dictado por el juez Ignacio Raca, exige a Valenzuela cumplir con una serie de obligaciones, entre ellas, fijar residencia, informar cualquier viaje fuera del país y abstenerse de contacto con los denunciantes. En un guiño a la cultura popular, el magistrado citó la frase: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.
Festejo y mensaje a sus seguidores Tras el veredicto, L-Gante celebró arrojando billetes de $1.000 desde el techo de su auto, rodeado de fanáticos que lo apoyaban. Este gesto festivo y simbólico se suma a un mensaje de fortaleza y superación que el cantante pretende transmitir en esta nueva etapa.
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